Medianoche, o tal vez un poco más. El ruido del motor de un auto se apagó justo frente a su casa; él dormitaba, fuera de las cobijas y las sábanas el frío era insoportable, hacía 5 o 6 grados quizá. Escuchó el ruido de la puerta del auto al cerrarse justo antes de que la misma llave del encendido golpeara en repetidas ocasiones la reja de la cochera. Salió de entre las sábanas y se incorporó extrañado, -¿quién podría ser? – se preguntaba mientras abría la ventana.
Se apresuró hacia la puerta de entrada, aún con los ojos adormecidos y extrañando el calor que había dejado en la cama salió a abrir la puerta con gustosa ansiedad, su olfato inmediatamente reconoció el perfume, sus labios buscaron los de la inesperada visita antes de decir, “hola”, fue un beso tierno de bienvenida, tomó su mano y la invitó a pasar.
La luz de la calle iluminaba ligeramente las habitaciones por lo que no fue necesario encender ninguna luz interior, -qué agradable sorpresa- dijo con ese tono de voz cansada que solemos tener cuando apenas estamos despertando. La encaminó hacía su habitación, tuvo que patear bajo la cama un par de zapatos mal acomodados aunque el resto de la ropa que había utilizado durante el día estaba tirada en el piso, justo frente a su paso. Se disculpó por el desorden aunque en realidad a ella no le importaba.
Se metió de inmediato a la cama que aún conservaba un poco de ese calor que hacía un par de minutos había dejado, la invitó a acostarse. No fueron necesarias muchas palabras, ella retiró su azul de mezclilla que vestía y se acostó a su lado, entrelazando sus piernas, su calor fue bien recibido por él quién reaccionó al instante.
–Tenía muchas ganas de verte- le dijo mientras sujetaba su rostro y lo observaba fijamente como si no existiera obscuridad, su mirada era muy clara y demostraba sus intenciones, un largo beso no se hizo esperar mientras las manos de ambos ya buscaban los cuerpos ajenos.
Lo hicieron una vez.
Lo hicieron una segunda ocasión.
El reloj marcaba casi las 3 de la mañana, el frío hacía mucho que había desaparecido, el calor de sus cuerpos invitaba a volver a soñar, esta vez dormidos pues inesperadamente aquella noche había sido un sueño hecho realidad.
Comentarios
PrimeraSSSSSSSSSSSSSSSSs.
Que visitas!!!, upsss, el fffrrriiiiooooo poco importo, y a mi me encanto lo que escribiste.
Besos.
Un beso y un susurro navideño
lo mejor!!
besos!!!
=D
saludos!!