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Mostrando entradas de agosto, 2011

Todo cambia

Mi participación para Desmenuzadores. Los invito a leerla, a comentar y criticar. Aquí: http://desmenuzadores.blogspot.com/2011/08/todo-cambia.html Gracias.

Juego de manos.

Tus manos, siempre tus manos; buscaban un lugar, un objeto, un pretexto que tomar, algo que las hiciera concentrarse para evitar que los nervios de los cuales ya eran presa, se notaran. Pero no lo lograron, las tomé, transpiraban como si tuvieran vida, pero claro, tenían vida, y mientras se relajaban al contacto con las mías mis ojos buscaron los tuyos, no fue difícil, como cuando se enciende una vela y se ilumina brevemente una habitación, los encontré entre la oscuridad, y sí, al igual que una vela, también brillaban e iluminaban. No dude un segundo y el beso fue al instante, tus manos encontraron de inmediato un lugar donde posarse. Tus ojos se apagaron, sólo por un momento, aquellos segundos, minutos, bueno, el tiempo que duró ese beso. ¿Qué siguió? Una sonrisa, una mirada que me hacía cómplice de la misma y que en secreto me decía: Fue tu suspiro en mi oído, entonces me di cuenta que ya no eras sólo mi amigo… Y así fue, suspiré, junto a ti, tan cerca que te roba

Dibujando, coloreando, ando.

Le quité a la noche un poco de su tinta y comencé a pintarte sin óleo, sin mural, sin pincel ni lápiz, sólo con mi huella digital. Descubrí mis manos en el trazado de tus piernas, esas que a veces pienso y también siento con mis besos, Cual pintor en días de inspiración, me vi rodeado delineando tus mulos y caderas, en un fino y bien trazado que me hizo recordar su dulce sabor y la suave textura de cuantos besos he ahí acomodado. Y sin darme cuenta que más bien si lo hacía, me empezaba a ensuciar con la tinta derramada, esa que dejé en tu ombligo para esparcir en tu cintura, donde dibujaba cuadros y rectángulos, trapecios y triángulos, círculos y lunas, como un juego de niños que aquí no es precisamente para ellos. Le robé a la noche la oscuridad de su manto sólo porque quise colocarlo en tu cuerpo, en esa parte entre tus senos que ahora que recuerdo, he mordido y saboreado. Pero aún me falta dibujarte esa sonrisa,

Vagando entre letras.

Heme   aquí escribiendo letras vagas, tan vagas que oscurecen y se pierden, que se pierden y se encuentran vagando en la distancia, la misma aquella que nos separó, nos unió y otra vez nos separó. Que si aún cercana te sentía distante y al mirarte me miraba pero no era nada, un reflejo, un contraste, una muerte bien anunciada. No hay profundidad, sólo letras vagas, que son vagas pues ni son de ti, ni son de mí, ni son de nada pero si son letras que las miro en tu mirada, las colocaré en ti y en tus entrañas, quizá tú ahí quieras crucificarlas. Sí, pequeña, que a pesar de ser letras sin sentido y perdidas en distancia, el sentido va muy claro, como aquel sentido que se sabe sin mayor explicación, tan sencillo como la sensación que me provocabas al desnudarte y que no es difícil de saber, ¿acaso se le llama excitación? sí, eso era, una de aquellas noches que se volvían madrugadas. ¿Qué si aún no lo comprendes? Entiende niña que son sólo let

XX

Tengo lo que quiero Y quiero lo que tengo ¿Pero a ti? A ti no sé por qué no te tengo Si de veras te quiero.