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Mostrando entradas de febrero, 2012

Suposiciones

Que torpeza la mía, ¿la tuya? llegué antes, tardaste, te esperé, lo hice, ¿por qué? quería verte. Chocolate para acompañar la cena, una noche no planeada, casual, buena plática pero en mi mente robarte un beso, quizá, sí, sólo quizá. Caminar bajo la luna, esperar un buen momento. ¿Cómo saber cuál es el momento? Si tan sólo se callara un momento y entonces quizá en ese silencio, sí en ese silencio quizá, sí, sólo quizá. La noche envejece, se hace fría, un abrazo para estar cercano a sus labios, ¿lo notará? seguramente lo hará. No hay rechazo, no hay molestia, ella está tan cerca, es un buen momento quizá, sí, sólo quizá. Entonces el quizá se convirtió en un hecho, el hecho fue que hubo un beso no muy bueno pero quizá, sí, sólo quizá ese sea el comienzo de una serie de besos para mejorar, sí, sólo para mejorar, o quizá para enamorar, no lo sé pero sí, quizá, sólo quizá.

XXIV

Razón, que impulso me hace perderla si no es el sentir de tu boca, que si por besos enloqueciera que me encierren en tu cuerpo que con locura y con razón ahí vivo contento.

Only you

Only you , la canción interpretada por The Platters sonaba en los altavoces del auto quebrando el silencio de las pasadas 12 de la noche de aquella no tan fría noche improvisando un romántico baile en la solitaria calle justo frente a su casa. La rodeó por la cintura con ambos brazos sin quitarle la vista de ese par de obscuros ojos que armonizaban con el color de la noche y se iluminaban como un par de estrellas. Ella recargó su rostro en su hombro haciendo que su cuello se asomara discretamente ante los oportunos rayos de la luna, él lo miró con antojo, aspiró el breve perfume que se escapaba de su cuerpo y delicadamente posó sus labios en el despistado cuello de su amante, sintió un escalofrío en su piel y saboreó el momento con la punta de su lengua. 3:46 minutos después la canción terminó justo en el instante en que los dos la cerraban con un beso, la calle volvió a su silencio habitual, sus miradas permanecieron unidas al igual que sus manos y sus cuerpos que olvidaban por