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Mostrando entradas de junio, 2011

XIX

Dibujó un orgasmo entre las nubes para pintar el cielo en un infinito azul. Se robó de la tierra el calor de mil caricias y las repartió en su cuerpo. Ahí se hicieron fuego y en cenizas terminó

Memorias.

De ella, era la víspera de su cumpleaños, había una pequeña banca, casi improvisada en la terraza de un modesto hotel de playa al cual aquellos dos se habían escapado. El mar con su vaivén tradicional y un viejo faro que con su ocasional luz los iluminaba. El brindis fue con tinto, bajo un manto de estrellas y la luz de una luna nueva él decidió sellar aquella relación con un compromiso. De ella, su sonrisa decía que si, su mirada lo confirmaba y entre besos y caricias en aquella terraza, cerraron un ciclo lleno de esperanza. El ventilador de la habitación nunca fue suficiente, el calor de sus cuerpos era aún más que el mismo ambiente, fotografías mentales de un cuadro inolvidable cuyo revelado es tan real como inimaginable. Allá el tiempo se detuvo, aquí, ahora sólo quedan esas imágenes  de lo que fue un instante eterno lleno de fotografías sensuales. Él, cuando tiene la oportunidad observa el mar, en el atardecer está el

Un enredo sin conclusiones.

Secuelas de un caído corazón de hipocresía, dejaste profunda huella de amor-dolor en sintonía. Fue un ayer prominente de besos y caricias, de manos tomadas y ángeles con ojos de envidia, que miraban por entre las cortinas aquellas noches en que el tiempo no era prisa. Pero ellos lo sabían, si, ellos lo sabían, que toda esa fantasía era sólo una hermosa mentira. Eso de tú, eso de yo, eso de tú y yo, ¡qué bonito se leía! pero se desvaneció en una profunda reparable herida. Que si fuiste que si fui, que si fue la roja luna que caía, no hay más por pretender, no pretendamos descubrir, que al descubrir la decepción puede destruir la sinfonía de aquel pasado que fue una hermosa fantasía. Pero partir también es parte de esta vida, dejemos en paz al firmamento, las estrellas no tienen las respuestas, si las ves, allá donde estés, sólo pídeles que te entreguen nuevas maneras, de tratar, de amar, más no de recordar. Que

Premio Primavera

El gran Munani, del blog Munani , que por cierto es un excelente blog que deberían visitar, me regaló un premio, se llama Primavera, me indica que tendré que escribir, 3 verdades y 3 mentiras sobre mí, y claro, como todo buen premio, otorgarlo a otros blogeros, así que sin más, comencemos: 3 verdades: Escribo por ocurrencia, por puro gusto, nostalgia y a veces hasta por demencia. Delicado con las damas, desde robarle un beso o decirle una palabra, hasta quizá, caricias en la cama. Me encanta el campo, una cabaña o una tienda de campaña, mirar las estrellas y calentarse junto a una fogata. 3 mentiras: Me enojo con facilidad, ten cuidado si en la calle nos encontramos que te podría lastimar. Me encanta el sol, broncearme en la playa, desnudo sobre la arena y la toalla. Soy más bien un tipo rudo y que en lugar de cerebro tengo engrudo. ... entre verdades y mentiras debe haber más, pero por hoy hay que terminar.  Gracias Munani, un poco tarde pero he cumplido, aquí he publicado el

Días anormales.

El día no era tan normal, había sido largo y las nubes grises estaban cargadas de llanto. Llegué a tu casa, al parecer temprano, tú, no estabas aún, pero decidí esperar a que llegaras. El tráfico te detuvo, esas fueron tus palabras, lo suponía. Rápidamente te pusiste la mejor de tus sonrisas y colgaste de tu cuello un collar lleno de esperanzas, y así, aún entre el llanto de las nubes, salimos juntos hacia cualquier lugar. Y lo sabía, el humo del café me lo decía, tus labios se humectaban, tu garganta se calentaba con cada sorbo directo de la humeante taza, tu boca decía palabras, algunas que ahora me es difícil recordar, pero es que ya lo dije, ese no era un día normal y mis sentidos por más que trataban aquella noche no se podían concentrar. Estiré mi brazo para alcanzar tu mano, la toqué despacio, como si eso fuera algo que quisiera recordar, la mesa se agitó un poco pero el café no se derramó. Levanté la vista en busca de tus ojos, tus palabras enmudecieron y tu mirada a