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Mostrando entradas de 2014

Esas primeras veces.

Y se detuvo en el breve color de lápiz labial que cubría su labio inferior, la observó cauteloso e inevitablemente el antojo le hizo pasar saliva. -Antojo de un beso, róbaselo,- pensaba, sin embargo mientras lo hacía ella cambió el tema y abruptamente él se desconcentró.  -¿Qué opinas?- Ella preguntó; estaba completamente perdido, no había seguido el ritmo de la conversación, su mirada se concentró en aquellos ojos negros y su pensamiento se esfumó, tomó su mano de manera inconsciente pero decidido; -me gustas- le dijo, un bochornoso rojo cubrió su rostro y ella le sonrió, una sonrisa de complicidad acompañada de un pícaro sentimiento. Sin dudarlo ella se acercó, humedeció sus labios con la punta de la lengua ocasionando el asombro del chico que nervioso veía como se acercaba a él esa boca con la que se había distraído durante los minutos que llevaban en ese café, podía sentir por primera vez en mucho tiempo su cálido aliento acercarse lentamente a él, sus manos le sudaron, sus labios

XVIII

Anhelo... Voy hacia tus brazos, me quemo en ansia, te beso sin sentido, con demencia.  ¿Qué más da? Lo deseaba, lo hice y ... ahora sonrío.

Inquietud

Tus manos como las mías,  demencial su movimiento a través de los cuerpos, casi delirante,  emprendiendo un camino cuyo fin, un orgasmo simultáneo de suspiros en tu oído, de arrebatos en mi espalda. La mente yace nublada, evaporación de ideas al calor de besos derretidos, que opacan su pensamiento y se vuelve instinto  con dedicatoria a tus labios y tus senos, a mi barba que los raspa,  a tus uñas que se quedan marcadas, a tu cabello enredado, inquieto y un par de labios desatados, los tuyos como los míos en batalla por ganar  una sección en tu piel y un infinito de besos compartidos.

XVII

Sus labios,  la rendición de un simple mortal ante ellos  y a continuación el beso.  Nada espectacular,  pero suficiente para hacerlo eterno. 

Tinto

Retira el corcho, tinto en las copas, besos en el aire. Respiro y siento tus caricias, asomo curioso a tus pensamientos, adivinaré, ¿hay seducción, hay deseo? Hay tinto sobre la mesa y placer sobre tu vientre. Un baile bajo las estrellas, melodía surreal y el pulso en mi muñeca que se comienza a acelerar, relájate, simula un ritmo y baila al descubierto con tus piernas abrazando las mías, tu cabello al viento y tus sueños más allá de dónde tu mirada pueda alcanzar. Sirve un poco más, que las copas no queden vacías y el deseo se llene de perfume, del color de tu cuerpo, de la sombra en tus párpados, de la comezón en tus caderas, del sabor a tinto, a barrica, a los años de reposo y el deseo de consumir, el tinto, el baile, la seducción y ese acto llamado hacer el amor. Es ese sabor al finalizar el sorbo, no son frutas, no es uva de edad, no, el sabor es de tus besos que inigualable permanece ahí, en el paladar, las muelas, en los labios y suspiros, nada mejor para empezar un desvelo,

I (2014)

P.B. Dedícame un beso y olvida las palabras.  Es un verso tu lengua y un poema tu cadera, escribamos oraciones, gritemos los enunciados y maltrata con tus uñas mi espalda mientras escribes en ella fuertes palabras que nada tengan que ver con el amor sino con el deseo. Haré un poema con tus piernas,  de tus piernas, sobre tus piernas. Eres droga para mis letras,  soy adicto a tu perfume corporal y te consumo, entonces me inspiras y escribo sobre tus desnudos hombros las palabras que veo en tu cuerpo, el abc está en él y con sólo mirarlo lo obtengo. Aspiro, te consumo, mil poemas, mil versos, basta emborracharme de tus ojos, basta sólo basta, amanecer contigo.

Mujer de mi cotidiano.

Rosada, cual atún el color de tu piel al amanecer,  como el maíz de tan ricas tortillas que se enriquece en los campos con los primeros rayos del astro,  así se miran tus piernas al descubierto, ese vientre y la chuleta que al ver desnuda saboreo. Has de saber lo que imagino cuando pelas el chayote y lo untas con chipotle con tus manos de toque divino. ¡Que me pasen la aspirina! pues mi cabeza estallará, si los ejotes los limpias de tal manera, ¿qué otras cosas tus manos harán? Aunque lo sé, pero claro que lo sé y sin embargo tiemblo,  y me quiebro como cuadro de papel higiénico cuando me pongo a pensar,  que si el arroz y el mole  se unen como manjar, tu y yo en la cama no podríamos fallar. Amada mía, mujer divina, enamorarte cada día es mi responsabilidad. El texto fue realizado para un concurso y se debian utilizar las palabras: Ejotes / chuleta / papel higiénico / arroz / chipotle / atún / tortillas / Chayote / aspirina .   Si les gusta y desean votar lo

Hielo

Desnuda tu mente mujer de mis encantos y luego lentamente tu ropa retira también que besaré tu cuello, tus hombros, tus senos  y jugaré con hielo en la punta donde terminan ellos. Relaja tu cabellera y permite que la saliva que deja el hielo a su paso marque un trazo en esas curvas delineadas, delicadas,  y tan femeninas. A cada centímetro tu temperatura lo vuelve líquido y la lengua, mi lengua que se guía de él absorberá pasión directamente de tu piel  desde los parpados hasta el borde del pezón endurecido, erizado, pero no, no de frío. Y lo aspiró, lo respiró y siento como eleva tu ritmo cardiaco, tu libido, continuando el incansable recorrido hacia el sur  que en la geografía de tu cuerpo  es un destino. No hay prisa en tus pantorrillas, hago una pausa breve y te admiro, el talón de Aquiles, la rodilla, esa parte que depilas y aquel llamado de Venus, el monte de Venus donde el hielo deja de serlo por el calor que ahí domina. Secaré con mis labios, mejill