He soñado con su color y su inmejorable aroma. He soñado con estremecerla a mi tacto y escuchar en cada uno de sus poros su transpiración. He soñado con probarla. Tu piel. Pero qué más da soñarla si despierto y puedo tocarla. Más aun, con todo y todo, deseo seguir soñándola.