De ella, era la víspera de su cumpleaños,
había una pequeña banca, casi improvisada
en la terraza de un modesto hotel de playa
al cual aquellos dos se habían escapado.
El mar con su vaivén tradicional
y un viejo faro que con su ocasional luz los iluminaba.
El brindis fue con tinto,
bajo un manto de estrellas y la luz de una luna nueva
él decidió sellar aquella relación con un compromiso.
De ella, su sonrisa decía que si, su mirada lo confirmaba
y entre besos y caricias en aquella terraza,
cerraron un ciclo lleno de esperanza.
El ventilador de la habitación nunca fue suficiente,
el calor de sus cuerpos era aún más que el mismo ambiente,
fotografías mentales de un cuadro inolvidable
cuyo revelado es tan real como inimaginable.
Allá el tiempo se detuvo,
aquí, ahora sólo quedan esas imágenes
de lo que fue un instante eterno
lleno de fotografías sensuales.
Él, cuando tiene la oportunidad observa el mar,
en el atardecer está el recuerdo
y le cuenta a la luna lo que aquella noche sucedió bajo la luz del faro viejo.
Buscará su sonrisa entre las estrellas y reíra de nuevo,
guardará sus memorias con anhelo
sabiendo que el pasado fue inolvidable,
y que el futuro le deparará algo igualmente delirante.
Comentarios
Su.
Abrazo.
Besos
Tus lineas tan bellas.
Besos.
Me encanta, besos.