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El lápiz

La miraba fijamente desde la butaca de atrás, la maestra frente al grupo hablaba y hablaba, para mí, sólo eran sonidos sin sentido, mi mente estaba con ella, a sólo tres filas delante de mí, observaba su cabello, imaginaba el perfume que tenía puesto, veía como su muñeca guiaba firmemente el lápiz sobre la hoja blanca, no tenía idea de lo que dibujaba, pero a mí, a mí eso no me importaba.


Martha; hacía tiempo que quería hablarle pero no encontraba razón alguna para poder acercarme a ella, siempre rodeada de sus amigas, me limitaba a observarla desde la distancia pensando en que decir cuando estuviera cerca, pensando mis primeras palabras, pero no se me ocurría nada.


La maestra daba sus últimas líneas de la clase y todos guardábamos nuestros útiles en las mochilas preparándonos para salir, Martha guardó sus libretas, me sentía un poco loco al estarla observando durante tanto tiempo, pero es que cada movimiento, cada una de sus sonrisas me hacía suspirar.


El timbre sonó, todos se levantaron mientras la maestra gritaba que no olvidáramos que el próximo viernes sería nuestro examen de español, no quité la vista de Martha quién apresurada salió del salón, me levanté de prisa también para seguirla, pero sólo pude observarla a través de las ventanas caminando por los pasillos, había perdido otra oprtunidad, mi timidez me mataba. Me acerqué a su butaca y entonces vi su lápiz, un lápiz demasiado común que en el lugar de la goma tenía un curioso muñequito que lo hacía ver diferente del resto. -¡Lo olvidó!, pensé, volteé a mi alrededor para verificar que nadie me observara, vi el lápiz sobre la butaca y sonreí, había buscado un pretexto para hablarle, para acercarme, y ahora estaba justo frente a mí, no podía creer que un simple lápiz pudiera hacerme en ese momento tan feliz; lo guardé cuidadosamente en mi mochila y me fui a casa pensando que el día de mañana me acercaría a ella con el pretexto de entregarle el lápiz olvidado. 

No me importaba lo que le diría después, quizá las palabras salieran solas en ese instante, ahora, en lo único que pensaba era que ese simple lápiz me daría la oportunidad que tanto había esperado.

Comentarios

la MaLquEridA ha dicho que…
Que ternura me inspiras con este post.
Pía Baroja ha dicho que…
Qué tiernos son los amoríos juveniles. Me preguntó si continuarás esta historia :)
Sherezada ha dicho que…
que tierno y lindo...

a veces,una oportunidad es todo lo que hace falta ^^

saludos!
Jo ha dicho que…
una oportunidad...
un guiño
o valerse de algún artilugio :)

besos mi toño!
Pluma Roja ha dicho que…
¿Continuará? Espero la continuación.

Muchos besos.
Munani ha dicho que…
Interesante esta nueva faceta aunque las rimas se te salgan sin pensarlo :) Ese lápiz puede dibujar todo un futuro, felizmente no tiene goma que pueda borrarlo.
Anónimo ha dicho que…
Cualquier pretexto es bueno para un acercamiento... pero que tal que lo dejó intencionalmente??

;)
SusyBlog ha dicho que…
porque siento que ya paso mucho tiempo desde que pase por aquí??? mmmh tan inspirado como siempre, tan poeta, tan romántico.. tan tan tan...


saludos
Su.
Mayte ha dicho que…
Es bellisimo cuando te pones tierno...salen maravillas de tu inspiración!

Un besiño.
Maya ha dicho que…
Me ha encantado. Que adorable :_)
Anónimo ha dicho que…
queremos continuacion...
Lunna ha dicho que…
Una oportunidad para cumplir ese sueño que desde hace tiempo, tienes guardado dentro de ti.
Falta que sepamos lo que le dice..

Precioso relato.

Besos.

Lunna.
Mina ha dicho que…
Vaya, un relato realmente lleno de inocencia, ternura, sensaciones, nerviosismos, letras que bailan al son del amor.
Tuve que venir a leer antes para poder disfrutar lo que sigue.
Besos y cariños

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