El viento trajo consigo el perfume que descansaba
en tu cuello, mi olfato lo recibió con una dulce sensación de frescura y lo transformó
en un suspiro, nuestros ojos se cruzaron en una mirada que se interrumpía por fugaces
parpadeos. Tus dedos se encontraron con los míos en una inquebrantable cadena y me
jalaste hacía ti para unir tu aliento a mis labios desesperados por romper la
sequía con el color de tu lápiz labial. Así lo hiciste; cuando el suave toque
de tu boca me invadió, un nervioso derrame de emoción cruzó por todas mis venas
haciendo que el corazón me latiera mas rápido que si hubiera corrido un
maratón, al instante un impulsivo abrazo te acercó a mi pecho y me permitió
sentirte, cerquita, tan cerquita que sentí tu pulso igualmente ansioso y tu
palpitar también acelerado.
Rompimos el beso para sonreírnos, nos
miramos sabiendo que nos volveríamos a encontrar pronto; una voz en segundo plano mencionó tu nombre, señal de que tenías que retirarte, y con la última mueca de tus labios me diste la
despedida, levanté la mano y agité los dedos mientras torcía la boca ridículamente
para expresar mi alegría; hasta pronto mi fugaz encuentro, sólo es un hasta
pronto.
Comentarios