Ir al contenido principal

Escritor.


Sobre la mesa...

Hojas en blanco,

una taza de café,

un bolígrafo negro

y un pedazo de panqué.


Esperando el toque de sus manos...

Con un sólo objetivo,

buscar la inspiración,

para escribirte un poema sencillo

o quizá una triste canción.

Comentarios

Pluma Roja ha dicho que…
Es todo lo que necesita un escritor. A ver deja ver, no, también necesita estar enamorado.

Un fuerte abrazo mi querido Amorphis.
VaNe ha dicho que…
Los implementos necesarios para hacer nacer un buen escrito!!
=)

QUE ESTES EXCELENTE!!
ѕocιaѕ ha dicho que…
Aww tu si que vives inspirado, que bonito espero que se trate de un hermoso poema aunque sea sencillo antes de una triste canción que empañe su amor e ilusión.
Ada ha dicho que…
¿autobiográfico? Es cierto, para escribir necesitas inspiración (dímelo a mi)

¡Saludos!
Pía Baroja ha dicho que…
Creo que todos nos preparamos así antes de crear algo, y que igualmente no sabemos qué va a salir de nuestro bolígrafo hasta que lo hemos terminado.
Besos!
Sarynha ha dicho que…
geniaaal me encaanta ^^
Anónimo ha dicho que…
adoro la sencillez!un abrazo!!
Shang Yue ha dicho que…
... pero siempre contigo presente

(te cambio el boli negro por el lápiz de grafito)
Jo ha dicho que…
Toño usted no necesita ni musas
a veces salen cosas que la imaginación y el conocimiento mezclados no pueden conjugar


abrazos.
(pd te ando buscando en tuiter) :(

Entradas populares de este blog

Así fue ...

Así fue como conocí… Tus labios. Fue un suspiro que se alejó de tu cuerpo para acercarse a mi oído, que provocó un beso robado que ni lo fue tanto por tu nerviosa complicidad, fue en una sonrisa que al mínimo detalle dejaba ver la inocencia de una mujer con ganas de vivir. Y después, después tu mirada. Qué tan noche pudo ser en realidad no importaba pues la luz que tus oscuros ojos emanaban era aún más fuerte que la de cualquier astro que con propia luz se iluminara. Cruzaste conmigo tu mirada sólo para descubrir secretamente que para entonces ya me amabas. Entonces descubrí tu cuerpo. Escultura que se tiende horizontal sobre mis sueños, tan desnudo como musa, tan deseado como el pecado que castigamos, tan seductor que sonrojas al más fino de los amantes, tan tuyo y en aquel instante tan mío que no perdí el instante de tocarlo con mis besos y guardarlo en mi pensamiento. Al momento, hacer el amor se volvió en demanda una tarea tan amena como cotidiana. Y la pasión y...

Rencor

Hoy por la noche a tu cama entraré, como una sombra por la ventana, cauteloso y silencioso tu cuerpo invadiré y te estremecerás sin saber qué es lo que pasa. Recorreré tu cuerpo con mis manos muertas, muertas de ti que se han enfriado ante tu ausencia, tu sexo arderá entre llamas al sentir la crueldad de mi lengua que extraerá tu esencia, esa que sin remordimiento alejaste de mi conciencia. Tu piel arrancaré, esa piel que alguna vez fue delicia de mis manos y que ahora decidiste entregar a un extraño. Tu alma me llevaré y no tendré indulgencia. Un pedazo de tu corazón dejaré, quizá puedas entregarlo a alguien más, el resto lo devoraré, me pertenece por todo el tiempo que te supe amar. Te haré sentir un último orgasmo y entonces me retiraré, llevando conmigo también el placer que tu cuerpo acaba de obtener, y en mi destrozado corazón lo conservaré, porque nunca nadie te habrá de satisfacer como sólo esta sombra lo sabía hacer. … Porque este quizá sea el...

Espalda

Aquí, bajo tu cuello, donde termina el largo de tu cabello, aquí comienza la planicie que he devorado con la mirada, en su curva pronunciada, he dejado varios secretos que mis labios le han contado, y se guardan entre sus diminutos vellos esperando ser descubiertos y tal vez contados. Es tu espalda un delirio, un desnudo para un óleo, una estrofa de canción o un verso de un poema. Que curioso ese lunar, justo a la altura de tu costilla derecha, es el más grande y distinguido, tienes uno más, bajo el hombro izquierdo, otro pequeño que se alinea a tu columna y una mancha en tu piel que se asoma para darle un toque especial al color que ahí predomina. Fuera el sujetador, sus líneas se quedan marcadas, señal de que esa prenda estuvo contigo todo el día. Libre al fin, mi vista se llena de su esplendor, su fuerza ha mermado y requiere un descanso, quizá las caricias de mis manos que impacientes están de acercarse y hacerte sentir una mujer consentida, que se merece lo mejor al final del d...