Ir al contenido principal

¿Quién te crees tú, para meterte de tal manera en mis pensamientos?

Con esos labios rosados que saben a miel y cerezas, a trigo y avena, azúcar y café.

Con ese largo cabello que se siente como agua y pétalos, como plumas y pastizal, que huele a mango y cacao, a tierra mojada y fresas de temporada.

Con ese color de piel que llena mis ojos, tan suave canela, tan rosa a la luz, tan vivo en la oscuridad.

Con esas manos suaves que acarician y maltratan la piel ajena para demostrar cariño, pasión y deseo.

Con esas palabras que suspiras en mi oído, que dejas plasmadas en el móvil, en una pantalla, en una carta; tú y tus maneras de seducirme, de enamorarme, de apasionarme. 

Tú que me robas una sonrisa, que hurtes mis deseos; tú y tú que de blanco y rojo, de morado o negro, de café o amarillo siempre encuentras la manera de llenarme de color.

¿Quién te crees tú?

Sí, tú…

Comentarios

Entradas populares de este blog

Así fue ...

Así fue como conocí… Tus labios. Fue un suspiro que se alejó de tu cuerpo para acercarse a mi oído, que provocó un beso robado que ni lo fue tanto por tu nerviosa complicidad, fue en una sonrisa que al mínimo detalle dejaba ver la inocencia de una mujer con ganas de vivir. Y después, después tu mirada. Qué tan noche pudo ser en realidad no importaba pues la luz que tus oscuros ojos emanaban era aún más fuerte que la de cualquier astro que con propia luz se iluminara. Cruzaste conmigo tu mirada sólo para descubrir secretamente que para entonces ya me amabas. Entonces descubrí tu cuerpo. Escultura que se tiende horizontal sobre mis sueños, tan desnudo como musa, tan deseado como el pecado que castigamos, tan seductor que sonrojas al más fino de los amantes, tan tuyo y en aquel instante tan mío que no perdí el instante de tocarlo con mis besos y guardarlo en mi pensamiento. Al momento, hacer el amor se volvió en demanda una tarea tan amena como cotidiana. Y la pasión y...

Rencor

Hoy por la noche a tu cama entraré, como una sombra por la ventana, cauteloso y silencioso tu cuerpo invadiré y te estremecerás sin saber qué es lo que pasa. Recorreré tu cuerpo con mis manos muertas, muertas de ti que se han enfriado ante tu ausencia, tu sexo arderá entre llamas al sentir la crueldad de mi lengua que extraerá tu esencia, esa que sin remordimiento alejaste de mi conciencia. Tu piel arrancaré, esa piel que alguna vez fue delicia de mis manos y que ahora decidiste entregar a un extraño. Tu alma me llevaré y no tendré indulgencia. Un pedazo de tu corazón dejaré, quizá puedas entregarlo a alguien más, el resto lo devoraré, me pertenece por todo el tiempo que te supe amar. Te haré sentir un último orgasmo y entonces me retiraré, llevando conmigo también el placer que tu cuerpo acaba de obtener, y en mi destrozado corazón lo conservaré, porque nunca nadie te habrá de satisfacer como sólo esta sombra lo sabía hacer. … Porque este quizá sea el...

Inalcanzable

Observé el reflejo de tu cuerpo danzando en la luna, contemplé a un par de estrellas queriéndose acercar, pero no lo lograron, y yo, también me esforcé, estiré mi brazo para alcanzarte, parecías lejana pero llena de vida, iluminabas la noche como sólo tú lo sabes hacer, pero, tampoco te alcancé.  Mientras tú, danzabas en la luna, tan libre y despreocupada, tan alegre e inmaculada. Levanté la escalera de mi alma tanto como pude, lllegué a lo más alto y ahí, te dejé mi corazón, lo suficientemente cerca de ti para que lo notaras, y sin embargo, ni siquiera lo miraste, resbalé, y caí hecho pedazos. ¿Es que acaso eres inalcanzable?   Me di la vuelta y me retiré, quizá en algún momento te des cuenta que no habrá nadie a tu lado, que seguirás danzando con la luna pero nadie podrá apreciarlo, que no habrá alguien que se esfuerce por alcanzarte, por querer tocarte, quizá entonces te des cuenta que alguna vez estuve ahí, intentándolo, y entonces dejarás de danzar, y esa luna que ilum...