Ir al contenido principal

Un día normal


Es el inicio de un día laboral, sales de la regadera y te quitas la bata de baño para ponerle crema a tu cuerpo paseando tus manos sobre cada uno de los poros que deben ser humectados para evitar el maltrato que pudiera ocasionar el ambiente en el que te desenvuelves durante la mañana, la tarde y la noche.

Del cajón sacas la ropa interior, ese conjunto negro semitransparente con listones a los costados que se amarran en forma de moños; ajustas por la espalda el brasier, te subes los pantis, volteas al clóset y piensas en la blusa y el pantalón que deberás usar el resto del día; mientras lo piensas admiro tu espalda y esa curva que se forma al inicio de tus caderas, no me había percatado de ese lunar aunque no se forman en una sola noche, simplemente un descubrimiento más; me fascina la combinación que hace el tono de tu piel con el color negro en una imagen que capturo en mi pensamiento antes de que tomes la blusa beige y el pantalón de mezclilla ajustado; una selección  completamente casual que te hace ver despreocupada y bella.

Te sientas un instante para observar tus zapatos, - ¿con o sin tacón? - te preguntas mientras cepillas tu largo cabello negro para hacerte una coleta que no te provoque calor a medio día. Escoges los de tacón, ideales para hacer que tus piernas se vean más largas, tomas uno de tus perfumes y rocías un poco sobre tu cabello, otro tanto en tu cuello y las partículas del aire las atrapa tu pecho, la habitación y mi olfato se han impregnado de ese dulce aroma que también me llevo conmigo.

Estás lista para salir a la oficina, pero antes un toque de brillo en tus labios, alguna ligera sombra en los párpados, algo discreto pues te gusta estar más al natural, sin mucho maquillaje, en realidad no lo necesitas, tienes un rostro divino que se lleva de maravilla con la luz del sol.

Te despides con un beso y una bella sonrisa que se me enamora la mirada; nos volveremos a ver por la tarde o por la noche, para entonces tu cabello quizá esté suelto, la mezclilla un tanto arrugada, el maquillaje algo desvanecido, pero seguramente tu sonrisa será la misma y entonces el ritual será lo contrario, así que probablemente comience por quitarte los tacones altos…

Comentarios

SusyBlog ha dicho que…
Siempre es un gusto leerte tony, muy buen relato... en algunas partes familiar
saludos

Entradas populares de este blog

Así fue ...

Así fue como conocí… Tus labios. Fue un suspiro que se alejó de tu cuerpo para acercarse a mi oído, que provocó un beso robado que ni lo fue tanto por tu nerviosa complicidad, fue en una sonrisa que al mínimo detalle dejaba ver la inocencia de una mujer con ganas de vivir. Y después, después tu mirada. Qué tan noche pudo ser en realidad no importaba pues la luz que tus oscuros ojos emanaban era aún más fuerte que la de cualquier astro que con propia luz se iluminara. Cruzaste conmigo tu mirada sólo para descubrir secretamente que para entonces ya me amabas. Entonces descubrí tu cuerpo. Escultura que se tiende horizontal sobre mis sueños, tan desnudo como musa, tan deseado como el pecado que castigamos, tan seductor que sonrojas al más fino de los amantes, tan tuyo y en aquel instante tan mío que no perdí el instante de tocarlo con mis besos y guardarlo en mi pensamiento. Al momento, hacer el amor se volvió en demanda una tarea tan amena como cotidiana. Y la pasión y

Espalda

Aquí, bajo tu cuello, donde termina el largo de tu cabello, aquí comienza la planicie que he devorado con la mirada, en su curva pronunciada, he dejado varios secretos que mis labios le han contado, y se guardan entre sus diminutos vellos esperando ser descubiertos y tal vez contados. Es tu espalda un delirio, un desnudo para un óleo, una estrofa de canción o un verso de un poema. Que curioso ese lunar, justo a la altura de tu costilla derecha, es el más grande y distinguido, tienes uno más, bajo el hombro izquierdo, otro pequeño que se alinea a tu columna y una mancha en tu piel que se asoma para darle un toque especial al color que ahí predomina. Fuera el sujetador, sus líneas se quedan marcadas, señal de que esa prenda estuvo contigo todo el día. Libre al fin, mi vista se llena de su esplendor, su fuerza ha mermado y requiere un descanso, quizá las caricias de mis manos que impacientes están de acercarse y hacerte sentir una mujer consentida, que se merece lo mejor al final del d

La creación

… En el primer día me declaré, te dije lo que sentía y me correspondiste con una sonrisa… … Al tercer día tu mano tomé, me abría paso entre la obscuridad sin saber hasta dónde esta relación llegaría… … En el sexto día te besé, y las tinieblas se esfumaron en conjunto con mis inquietudes y por fin descubrí lo que llamaban ilusión, y por fin descubrí que tenía sangre en mi cuerpo pues con los días se llenaba de algo que llamaban sentimiento… … Y vinieron muchos besos y el roce de tus manos, el tiempo empezó a empujarnos en lo prohibido, en el pecado… … Entonces te observé desnuda, sensual, bella y pura... … Y en el día sesenta y nueve te tomé, recorrí cada parte de tu cuerpo y sentí en mí el placer de tu boca que me llenaba de besos… … Entonces supimos lo que era un orgasmo, y jamás entendí porque le llamaban pecado… ….Y nos hemos regalado miles de abrazos, y hemos sentido seiscientos sesenta y seis orgasmos, y un infinito número de besos apasionados… … Y a pesar de todo aún no