Ir al contenido principal

De títulos entre personas...

Recuerdo el frío de esa tarde, el café lo hizo menos. Desnudabas tus sentimientos como si en mi encontraras un cajón donde pudieras guardar sin temor tus secretos. Y así es. Algunas lágrimas rodaron por tus mejillas secándose en mi hombro en el cual dejabas esos últimos gritos de arrepentimiento.

Te miré a los ojos y pedí que no separaras tu vista de los mía, te dije que confiaras y que si alguna vez el pasado te atrapaba nuevamente, acudieras a mi sin reparos que yo te abrazaría sin decir palabra.

Entonces te di un beso de esos que ni mil escenas de cine podrían igualar, lo sabes, lo sentiste, suspiraste al dejar mis labios y tu sonrisa fue prudente, no era el primero pero en cada uno había algo especial. Coloqué el cigarro en mi boca y aspiré, el humo se mezcló con el viento frío que sentíamos frente al portón de tu casa, te abracé y de inmediato reconocí el perfume que tanto me ha gustado, ese que se ha vuelto tan especial.

Vi desvanecerse la tristeza de tus ojos, vi tu alegría, tanto que la luna incluso se asomó entre las nubes para observarla, tomé tu mano entrelazando nuestros dedos, sonreíste una vez más, ahora con más fuerza pues recordaste aquel comentario: “¿Habías notado que cuando nos tomamos de la mano parecemos dos enamorados?”. Y me besaste una vez más.

Amigo, confidente, consejero, diario, amante, pecado, novio, enamorado. La sociedad te pide títulos pero entre tú y yo sólo existe la razón y el sentimiento, no importa aquel que me pongas porque los quiero todos, para ti. Confíame y seré tu amigo, bésame y seré tu amante, toma mi mano y seré tu enamorado, entrégame tu cuerpo y seré pecado.

Subí a mi auto impregnado de tu perfume, me enviaste un beso de esos que suelen viajar por el aire, observé el oscuro de tus ojos con ese brillo tan inusual y me retiré observándote por el retrovisor. Espero haberte dado un buen consejo, -pensé- y si no al menos un poco de consuelo, aunque lo único cierto es que esa noche seguramente te tendría entre mis sueños.

Comentarios

ѕocιaѕ ha dicho que…
Que bonito y certero, la sociedad inventa tanto titulo como persona hay pero no es hasta cuando encuentras esa razón que mencionas que un titulo no importa mientras el sentimiento te haga actuar y decirle como tu quieras y ella se deje tratar y viceversa.

Saludos
Jo ha dicho que…
a vece sno se necesita buscar un titulo... a veces tan solo es solo sentir y no podemos definir como llamarlo


o si...
la MaLquEridA ha dicho que…
¨... entrégame tu cuerpo y seré pecado...¨frase más prometedora.


Un abrazo.
Mariposa Errante... ha dicho que…
Querido Amorphis:

Simplemente bello, y me rindo a tus pies.

Besos.
Ina ha dicho que…
Un buen confidente, sí.
Munani ha dicho que…
Tenía que leerte mi estimado, me encantó la luna chismosa, siempre se asoma en el mejor momento ^^

Un abrazo, tú genial como siempre.
soul & hope ha dicho que…
Siempre me haces dibujar una sonrisa en mi rostro y provocar sentimientos inexplicables. No hace falta decir lo que siento... lo sabes......
La Chocorrola ha dicho que…
No sé cómo, no sé porqué, pero hay posts suyos que los siento muy personales, y éste es uno de esos.

Creo que todos buscamos alguien que sin importar los títulos se entregue para corresponderle de la misma forma.

Un abrazo.
Apolline ha dicho que…
Hola tu :D

La verdad que tu siempre escribes bonito :O

Hasta que te pude venir a leer D:
Maxie Rosse ha dicho que…
Omg...! Todos tus escritos me encantan...pero este tiene algo que lo hace especial....

Lo pongo como uno de mis favoritos....
Gracias. Me fascino!.
Anónimo ha dicho que…
Lo único que sé es que las cosas cambian cuando les pones etiquetas.

Saludos de nuevo!

;)

Entradas populares de este blog

Así fue ...

Así fue como conocí… Tus labios. Fue un suspiro que se alejó de tu cuerpo para acercarse a mi oído, que provocó un beso robado que ni lo fue tanto por tu nerviosa complicidad, fue en una sonrisa que al mínimo detalle dejaba ver la inocencia de una mujer con ganas de vivir. Y después, después tu mirada. Qué tan noche pudo ser en realidad no importaba pues la luz que tus oscuros ojos emanaban era aún más fuerte que la de cualquier astro que con propia luz se iluminara. Cruzaste conmigo tu mirada sólo para descubrir secretamente que para entonces ya me amabas. Entonces descubrí tu cuerpo. Escultura que se tiende horizontal sobre mis sueños, tan desnudo como musa, tan deseado como el pecado que castigamos, tan seductor que sonrojas al más fino de los amantes, tan tuyo y en aquel instante tan mío que no perdí el instante de tocarlo con mis besos y guardarlo en mi pensamiento. Al momento, hacer el amor se volvió en demanda una tarea tan amena como cotidiana. Y la pasión y

Espalda

Aquí, bajo tu cuello, donde termina el largo de tu cabello, aquí comienza la planicie que he devorado con la mirada, en su curva pronunciada, he dejado varios secretos que mis labios le han contado, y se guardan entre sus diminutos vellos esperando ser descubiertos y tal vez contados. Es tu espalda un delirio, un desnudo para un óleo, una estrofa de canción o un verso de un poema. Que curioso ese lunar, justo a la altura de tu costilla derecha, es el más grande y distinguido, tienes uno más, bajo el hombro izquierdo, otro pequeño que se alinea a tu columna y una mancha en tu piel que se asoma para darle un toque especial al color que ahí predomina. Fuera el sujetador, sus líneas se quedan marcadas, señal de que esa prenda estuvo contigo todo el día. Libre al fin, mi vista se llena de su esplendor, su fuerza ha mermado y requiere un descanso, quizá las caricias de mis manos que impacientes están de acercarse y hacerte sentir una mujer consentida, que se merece lo mejor al final del d

La creación

… En el primer día me declaré, te dije lo que sentía y me correspondiste con una sonrisa… … Al tercer día tu mano tomé, me abría paso entre la obscuridad sin saber hasta dónde esta relación llegaría… … En el sexto día te besé, y las tinieblas se esfumaron en conjunto con mis inquietudes y por fin descubrí lo que llamaban ilusión, y por fin descubrí que tenía sangre en mi cuerpo pues con los días se llenaba de algo que llamaban sentimiento… … Y vinieron muchos besos y el roce de tus manos, el tiempo empezó a empujarnos en lo prohibido, en el pecado… … Entonces te observé desnuda, sensual, bella y pura... … Y en el día sesenta y nueve te tomé, recorrí cada parte de tu cuerpo y sentí en mí el placer de tu boca que me llenaba de besos… … Entonces supimos lo que era un orgasmo, y jamás entendí porque le llamaban pecado… ….Y nos hemos regalado miles de abrazos, y hemos sentido seiscientos sesenta y seis orgasmos, y un infinito número de besos apasionados… … Y a pesar de todo aún no