Ir al contenido principal

El lápiz. (III)

Con el desorden acostumbrado entramos al salón, Martha entró antes que yo y vio la nota y el lápiz en su lugar, pasé a su lado mirando de reojo como desdoblaba con cierta rapidez e intriga el papel donde escribí la carta, me senté en mi butaca sin despegar mi mirada de ella.

La maestra entró al salón dando indicaciones aunque no presté atención; Martha parecía no reaccionar, su mirada estaba fija sobre la cartita, pero no tenía ninguna reacción. La maestra ordenó que abriéramos los libros de geografía en la página 48, en ese instante Martha dobló la hoja y la guardó en su mochila al tiempo que sacaba el libro de geografía; no volteó, no hizo ningún intento por buscarme, simplemente atendió a la clase.

Con los ánimos en el suelo veía como pasaban los minutos, la maestra hablaba, las páginas de los libros avanzaban, aquella carta no había tenido ningún sentido y las preguntas daban vueltas en mi cabeza cuestionándome una y otra vez, en que había fallado.

Martha salió al receso sin la compañía de sus amigas, no pude evitar ver como se alejaba sin siquiera voltear a mirarme; salí sin ánimos del salón, caminé con mi lunch hacia el gran árbol que se encontraba al fondo del campo de futbol y me senté dando la espalda a la escuela, no quería que nadie me molestara; y entonces, sucedió.

Escuche unos pasos acercarse detrás de mí, volteé lentamente tratando de ocultar mi tristeza, el sol me deslumbró por un instante pero alcance a verla, ¡era ella!; Martha se acercó tranquilamente y se recargó en el viejo tronco del gran árbol, junto a mí.

-Hola Pepe-

-Hola- respondí con cierto temblor en mi voz y no supe que más decir.

-Me gustan las uvas, y el color morado, y el agua de horchata de la cafetería es mi favorita.- 

Al terminar su frase se acercó a mi mejilla y me dio un beso.

-Gracias por devolverme mi lápiz, pensé que lo había perdido-

En ese instante Martha dio la vuelta y comenzó a caminar de regreso a los salones de clase, no supe que hacer, no pude decir nada más, aunque en realidad no tenía nada que decir, esos fueron los minutos, quizá segundos más intensos que jamás había vivido y mi felicidad era incomparable.

El timbre sonó indicando que era tiempo de regresar al salón de clases, crucé el campo de futbol corriendo y dando brincos de alegría, me apresuré a entrar al salón y pasé junto a ella intercambiando miradas y sonrisas.

La maestra entró dando gritos como era su costumbre, la clase de español estaba por comenzar.




P.D. Gracias por su lectura y comentarios.

Comentarios

Mevalerym ha dicho que…
Me he tenido que leer las tres, de un solo golpe, y me ha gustado mucho. No sé bien si ha salido de tu imaginación o de algo verdadero (o ambas) pero lo he disfrutado, gracias por compartir tus letras.
Ina ha dicho que…
Bonita historia para celebrar el comienzo de la primavera^^
UN saludito
Mariposa Errante... ha dicho que…
Amorphis:

Bendito lapiz...

Agradables lineas...

Besos.
NTQVCA ha dicho que…
¡Ah que bonito!, habrá que esperar quien da el siguiente paso!
Pía Baroja ha dicho que…
¡Qué dulce todo! A ella no le pareció mal la cartita.
Un abrazo.
Sherezada ha dicho que…
que cosa más tierna y linda!!!
que bueno que los dos apovecharon la oportunidad ;)
saludos!!
Gabriela ha dicho que…
Pero que historia!
Mina ha dicho que…
Bueno, esto me ha dejado con esa sensación de que viene algo más y yo esperaré que venga mas de esta ternura que has dejado en tus letras.
Me ha gustado mucho, un placer leerte siempre.
Besos
Munani ha dicho que…
Awwwww jajaja a mi tmb me gusta el color morado XD a dejar lápices se ha dicho!
PashmiNa ha dicho que…
jajajajjajaaa holaaa, gracias por lo de "teacher" aunque ya no he publicado cosas para aprender :p pero lo voy a considerar xD

Saludilloos y no te preocupes que "la zona" ya la dejé :D
Pía Baroja ha dicho que…
Vengo a presentarte una iniciativa que quizás te guste. Se ha creado recientemente un blog en el que los pequeños blogs se pueden dar a conocer. Con pequeños blogs me refiero a blogs que tengan menos de 50 seguidores. Sé que no es tu caso, pero puedes ayudarme remitiéndome a blogs que tengan menos de 50 seguidores. Por si quieres echar un vistazo: http://elsemillerodeblogs.blogspot.com/
Un beso!
Unknown ha dicho que…
muy tierno ...
me encanta la actitud de ella de guardarse la carta en ese momento... que él sufra un poquito (pero sólo un poquito)

Un abarazo
xhabyra ha dicho que…
supongo por el final que nunca le regalaste un racimo de uvas!


xhaludos!
eMiLiA ha dicho que…
Esta historia es toda ternura. Me gustó mucho.

Pero, ¿qué es eso que la maestra entró gritando como de costumbre? Jajaj.
Mi profesión no estaría de acuerdo con el final del relato.

Abrazo!
la MaLquEridA ha dicho que…
Muy tierno e inocente tu relato algo que no es costumbre en ti jeje.

Esperemos el siguiente capítulo.


Besos.
Maya ha dicho que…
Como siempre, precioso. Me encanta mucho como escribes :)

Besotes
kika ha dicho que…
Que lindo final para el cuento!! Que bello el amor inocente de la infancia.
Apolline ha dicho que…
ahh dejame leo las primera parte U_U
Apolline ha dicho que…
que bonito, aunque me hubiera gustado leerlo otro día porque hoy si me puse bien sentimental >_<

que estes bien :)
ѕocιaѕ ha dicho que…
Aww que bonito, no podía haber terminado de otra manera que de esta tan tierna y linda, tan inocente y a su vez romántica.

Lo que puede hacer un lápiz pero sin duda la acción de regresarlo acompañado de una nota fue lo que mejor pudiste haber hecho =D
Sherezada ha dicho que…
hola!
paso a saludarte y desearte linda semana ^^

Entradas populares de este blog

Así fue ...

Así fue como conocí… Tus labios. Fue un suspiro que se alejó de tu cuerpo para acercarse a mi oído, que provocó un beso robado que ni lo fue tanto por tu nerviosa complicidad, fue en una sonrisa que al mínimo detalle dejaba ver la inocencia de una mujer con ganas de vivir. Y después, después tu mirada. Qué tan noche pudo ser en realidad no importaba pues la luz que tus oscuros ojos emanaban era aún más fuerte que la de cualquier astro que con propia luz se iluminara. Cruzaste conmigo tu mirada sólo para descubrir secretamente que para entonces ya me amabas. Entonces descubrí tu cuerpo. Escultura que se tiende horizontal sobre mis sueños, tan desnudo como musa, tan deseado como el pecado que castigamos, tan seductor que sonrojas al más fino de los amantes, tan tuyo y en aquel instante tan mío que no perdí el instante de tocarlo con mis besos y guardarlo en mi pensamiento. Al momento, hacer el amor se volvió en demanda una tarea tan amena como cotidiana. Y la pasión y...

Rencor

Hoy por la noche a tu cama entraré, como una sombra por la ventana, cauteloso y silencioso tu cuerpo invadiré y te estremecerás sin saber qué es lo que pasa. Recorreré tu cuerpo con mis manos muertas, muertas de ti que se han enfriado ante tu ausencia, tu sexo arderá entre llamas al sentir la crueldad de mi lengua que extraerá tu esencia, esa que sin remordimiento alejaste de mi conciencia. Tu piel arrancaré, esa piel que alguna vez fue delicia de mis manos y que ahora decidiste entregar a un extraño. Tu alma me llevaré y no tendré indulgencia. Un pedazo de tu corazón dejaré, quizá puedas entregarlo a alguien más, el resto lo devoraré, me pertenece por todo el tiempo que te supe amar. Te haré sentir un último orgasmo y entonces me retiraré, llevando conmigo también el placer que tu cuerpo acaba de obtener, y en mi destrozado corazón lo conservaré, porque nunca nadie te habrá de satisfacer como sólo esta sombra lo sabía hacer. … Porque este quizá sea el...

Inalcanzable

Observé el reflejo de tu cuerpo danzando en la luna, contemplé a un par de estrellas queriéndose acercar, pero no lo lograron, y yo, también me esforcé, estiré mi brazo para alcanzarte, parecías lejana pero llena de vida, iluminabas la noche como sólo tú lo sabes hacer, pero, tampoco te alcancé.  Mientras tú, danzabas en la luna, tan libre y despreocupada, tan alegre e inmaculada. Levanté la escalera de mi alma tanto como pude, lllegué a lo más alto y ahí, te dejé mi corazón, lo suficientemente cerca de ti para que lo notaras, y sin embargo, ni siquiera lo miraste, resbalé, y caí hecho pedazos. ¿Es que acaso eres inalcanzable?   Me di la vuelta y me retiré, quizá en algún momento te des cuenta que no habrá nadie a tu lado, que seguirás danzando con la luna pero nadie podrá apreciarlo, que no habrá alguien que se esfuerce por alcanzarte, por querer tocarte, quizá entonces te des cuenta que alguna vez estuve ahí, intentándolo, y entonces dejarás de danzar, y esa luna que ilum...